Sandra Muxar

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Soy Sandra Muñoz, licenciada en Psicología desde 2005 y colegiada nº 1700.

Mi vocación ha sido siempre acompañar a las personas en su camino de crecimiento y bienestar; tender un puente entre el sentir, el pensar y el hacer.

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A lo largo de mi trayectoria me he especializado en psicología infantil y adolescente. Desde 2006 dirijo el Centro de Psicología Infantil y Apoyo a Familias Muxar, en Errenteria, un proyecto que ha ido creciendo y transformándose con el tiempo.

De esa evolución nace Sandra Muxar, un espacio que recoge toda esa experiencia y la amplía hacia nuevas formas de acompañamiento, tanto a familias como a personas adultas. Un lugar creado con calma y cuidado, donde cada historia tiene su ritmo y su espacio para florecer.

En Sandra Muxar ofrezco talleres para madres y padres, grupos de acompañamiento familiar y sesiones de apoyo emocional y educativo para niños, niñas y adolescentes.

Colaboro también con diferentes agentes y entidades locales en la creación y desarrollo de proyectos municipales que promueven el bienestar y fortalecen los vínculos familiares.

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Mi labor se extiende igualmente al acompañamiento de personas adultas que atraviesan momentos de dificultad emocional —ansiedad, tristeza, etapas de cambio o cansancio vital—, espacios donde la palabra, la escucha y la presencia se convierten en guía hacia un mayor equilibrio interno.

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Soy experta en identificación y evaluación del alumnado con altas capacidades, formación que realicé en la Universidad Internacional de La Rioja. Aprendí de la mano de maestros como Javier Tourón y Roberto Ranz, quienes me transmitieron una mirada educativa que reconoce el talento como una expresión natural de la individualidad.

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Estoy además certificada internacionalmente en Disciplina Positiva aplicada a la familia, acreditada por la Positive Discipline Association. Este enfoque, basado en el respeto y la conexión, impregna cada intervención, cada encuentro.

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El yoga, práctica que forma parte de mi vida personal, me ha enseñado el valor del silencio, la respiración y la presencia. En mi trabajo, me inspira a acompañar desde un lugar más consciente, sereno y compasivo.

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Creo profundamente que cada persona tiene dentro de sí los recursos para crecer, sanar y florecer. Mi papel es acompañar ese proceso con respeto, sensibilidad y confianza en la sabiduría que habita en cada uno de nosotros.